#623 SUMMER NIGHT DREAM #8


Parte VIII - Aquella vez

Aquélla vez que te vi, la primera, en la que cruzamos nuestras miradas, aquélla en la que sonreíste y yo, con sorpresa, te devolví el gesto. Aquélla fue la vez que escuché tu voz, la primera vez, en la que mis oídos se llenaron con un profundo "encantado de conocerte", y poco después no pude olvidar tu nombre.

Aquélla vez caminamos juntos un rato, íbamos al mismo lugar. Había más gente con nosotros, pero aquélla vez, la primera, para mí solo estabas tú por alguna extraña razón. Aquélla vez te pregunté muchas cosas y tú a mí también. Aquélla vez escuché, por primera vez, tu risa mientras te metías con mis historias torpes.

Aquélla vez, anochecía pronto, entramos a un bar, tomamos algo, contamos anécdotas sin importancia, y aquélla vez sólo podía distinguir tus carcajadas entre las demás, sólo podía mirar tus ojos. Salimos al frío de la calle aunque el alcohol ya había calentado nuestros cuerpos.

Una hoja cayó.

Seguíamos allí, tu, yo, y todos los otros. Aquélla vez alzaste la mirada hacia lo lejos, te disculpaste y dejaste un espacio vacío a mi lado. La vi, aquélla vez, con un abrigo, pantalones ajustados. Aquélla vez se encogió mi corazón, de repente sentí mucho frío, me arrebujé en mi chamarra y me di la vuelta en cuanto te vi besarla.

Aquélla vez me fui a casa antes de lo esperado.

No me despedí aquélla vez recibí unos cuantos mensajes preguntándo dónde estaba, pero aquélla vez no quise responder. Corrí cuanto pude, hasta sentir que me ahogaba. Aquélla vez subí a mi habitación sin dar explicaciones a nadie sobre mi pronta llegada.

Aquélla vez, la primera, lloré por ser tonta, por no haber pensado, me maldije a mi misma no haberlo supuesto. Aquélla vez di muchas vueltas en la cama antes de decidirme a levantarme, ponerme la piyama e intentar dormir. Me costó mucho, pero finalmente lo logré.

Otra hoja cayó y sentí tu abrazo.

Aquélla vez desperté con lágrimas en los ojos. ¿Qué? Tu susurro en mi oído me sorprendió y aquélla vez me costó recordar. Aquélla vez me enojé mucho contigo por sentir vergüenza. Aquélla vez te reíste de mí y me abrazaste con más fuerza. Aquélla vez, una entre miles que ya habíamos pasado, me besaste, y después me llamaste tonta por haber mezclado un recuerdo tan hermoso con algo tan poco probable en un sueño.

Aquélla vez de nuevo me recordaste que me amabas desde la primera vez, en la que cruzamos nuestras miradas, aquélla en la que sonreíste y yo, con sorpresa, te devolví el gesto. La primera vez que te dije mi nombre y nunca más pudiste olvidarlo.

Aquélla vez dormí más tranquila, aquélla vez me acurruqué en tus brazos y sonreí.

Miles de hojas volaron llevadas por el viento.


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